miércoles, 29 de octubre de 2008

GRACIAS

Gracias a todos los que entran a mi blog , leen mis trabajos y dejan sus comentarios. Son muy bien recibidos. ¡ Gracias !

Nota de lector sobre "El hombre que ríe" de Saliger



U. N. Q. Seminario y Taller de Escritura Urcola, Juan Pablo




Nota de lector sobre “El hombre que ríe” de J. D. Saliger



Me costó entenderlo. Creo que mi interpretación es muy personal.
Desde ya no es como el anterior. Este tiene marcado un hilo conductor, es decir, posee una introducción, un desarrollo y un final. Todo el tiempo está narrado desde la visión de los recuerdos de un niño, pero contado ahora que ese niño ya es un adulto. Esto hace que por momento me resultara algo irónico o con doble sentido. El jefe y su mujer son muy representativos en todo el relato y todo gira entorno a lo que les pasa. Pero es como si existiera una historia dentro de otra historia y ambas comienzan y terminan con el hombre que ríe.
Por otro lado, y considerando algunas pautas del psicoanálisis, concluyo con que el hombre que ríe es él, el escritor o el propio personaje que representa el escritor en su relato y marca un paso de etapa. Hay dos etapas que a mi parecer se marcan en “El hombre que ríe”, la niñez y sin pasar a una etapa intermedia, la adultez. Creo que todo lo que le ocurre a el hombre que ríe, refleja los cambios que un niño tiene al crecer de golpe y entender que todo no son risas y alegrías en la vida. Creo que se cruzan y se generan una tensión constante entre la fantasía y lo bello de la infancia con la cruda realidad y la verdad de todas las cosas por las cuales se caracteriza la etapa adulta de una persona.
El hombre que ríe se muere cuando se da cuenta que ya dejó de ser un niño y que ya no hay vuelta atrás en este camino de ida, solo de ida del desarrollo de la vida.

Nota de lector sobre "Un día perfecto para el pez banana" de Salinger



U. N. Q. Seminario y Taller de Escritura Urcola, Juan Pablo



Nota de lector sobre “Un día perfecto para el pez banana” de J. D. Salinger



Comienza con una introducción que nos transporta al lugar y a la situación en donde sucederán los hechos que posteriormente le escritor empezará a contar. Esta parte refleja un momento muy particular de EE. UU. , el momento de post-guerra y las complicaciones en las comunicaciones telefónicas de aquella época.
Muriel y su madre hablan por teléfono. Construyen un diálogo muy cercano, un diálogo típico entre una madre preocupada y una hija sin preocupaciones. Hay detalles de cosas que se dicen y la forma con que se pasa de un tema a otro en una conversación telefónica entre mujeres. Aquí también se plantean los indicios de que algo grave pasa y que la preocupación de la madre de Muriel tiene razón de ser. Se da la pauta de que Seymour, el esposo de Muriel, padece de alguna patología psicológica como consecuencia de haber estado en la guerra.
En el segundo diálogo entre Sybil, una niña pequeña, y Seymuor, la tensión se hace cada vez más fuerte. Uno como lector está esperando que algo ocurra, porque nuestros pensamientos nos llevan a pensar que entre un “loco” y una niña indefensa algo malo puede llegar a pasar en cualquier momento. Toda esa tensión atrapa al lector. Pero aunque expectantes todo el tiempo de que algo suceda, no pasa nada, es más, al final llega a asombrarse con el buen contacto que se desprende del diálogo entre un veterano de guerra y una pequeña niña.
El final fue, para mí, inesperado, pero lógico. Hasta la anteúltima frase cualquier cosa podía llegar a transformarse en un final: saca el arma para guardarla, saca el arma para limpiarla, saca el arma para tirarla, saca el arma para matar a su esposa mientras dormía. Pero no, saca el arma para matarse.

martes, 21 de octubre de 2008

Cuento de principiante







Cuento de principiante

Nombre: Federico
Lugar: Tucumán
Fecha: 5 de julio
Fragmento de canción: “Mi Buenos Aires querido, cuando yo te vuelva a ver, no habrá más pena ni olvido”…



Escapar era la única salida, ya nada se podía hacer y Federico lo sabía muy bien. Quedarse por más tiempo acabaría con su paz, con la de su familia y hasta incluso con su propia vida.
El 5 de julio Juan compro un pasaje de colectivo a Tucumán, llegó a su casa y se lo dio a su hijo. Le rogó que se fuera lo más antes posible y que no volviera. Padre e hijo conversaron:


─ Ya arreglé todo para que te quedes con tus tíos, allá en San Miguel
─ Pero no me quiero ir así
─ Te vas y punto. Que te quedes es peligroso para todos. Mira como sufre tu madre. Si ella supiera toda la verdad estaría peor.
─ ¿No se lo contaste?
─ Algo le conté, pero todo, todo no.


Al día siguiente y sin despedirse de nadie, tomó el colectivo con destino al interior.
Cuando Federico llegó a Tucumán, se encontró solo. No era fácil empezar otra vida alejado de sus seres más queridos. Días antes sus tíos, Edgar y Rosa, habían amueblado una habitación de su casa que estaba vacía y que después de la muerte de Víctor, nadie había usado. Ese era el nuevo cuarto de Fede. Era un cuarto silencioso, cómodo pero sin ventanas, tenía un ventiluz en el techo. Cinco frazadas tenía la cama.
El tío Edgar era muy chistoso, alegre y siempre se le escapaba una sonrisa cuando hablaba con alguien, pero Rosa no. Ella era más decorosa, sumisa y un tanto callada, siempre usaba grandes pañoletas con prendedores brillantes.
Una tarde Rosa llega a su casa luego de hacer las compras y ve que la camioneta de su marido ya estaba estacionada en el garaje y pregunta:

─ ¿Edgar ya llegaste?. ¿Por dónde andás? Ayudame con las botellas por favor ─ pero Edgar no contesta.


Rosa entra las botellas sola. Sale al patio y pega un grito. Edgar, su marido se había ahorcado y colgaba de la rama de un fresno que estaba en el medio del patio, entre los cordeles de la ropa.
Federico se había escapado de la casa de sus tíos ya hacía cinco días. Nadie sabía nada por donde estaba. Fue después de discutir con Doña Rosa por unas ropas sucias.
Un cantinero de la zona, Tito Ruiz, le había dicho a Edgar días a tras que había pasado por la cantina, en ese momento cuando Federico entró no había clientela, pidió un café y se sentó en una mesa pegada al baño de señoritas. Tito dijo que se sorprendió al verlo llorar mientras tomaba el café, y contó un detalle, un detalle más o menos peculiar. Contó que justo de fondo estaba la radio y que las lágrimas del muchacho empezaron a correr al comienzo de un fragmento de un tango, un tango muy conocido: “Mi Buenos Aires querido, cuando yo te vuelva a ver no habrá mas pena ni olvido”…
Desde aquella tarde no se supo nada más de Federico.

Nota de lector sobre Tesis sobre el cuento, de Piglia y "¿Por qué no bailais?", de Carver








Cuento: forma clásica
El núcleo está en un futuro relato (historia 2)
Tesis 1: un cuento cuenta dos historias. En el primer plano se encuentra la historia 1 y en segundo plano la historia dos en secreto, casi por debajo y de forma sutil.
El efecto de sorpresa aparece cuando surge el final de la historia secreta.
Los mismos acontecimientos entran en dos lógicas narrativas y los elementos de un cuento tienen doble función. Los puntos de cruce son el fundamento de la construcción.
“El cuento es el relato que encierra un relato secreto. La estrategia del relato está puestas al servicio de la narración cifrada”.
El cuento clásico consiste en contar una historia mientras se está contando otra.

Tesis 2: la historia secreta es la clave de la forma del cuento y de sus variantes.
La versión moderna de cuento abandona la tensión y el final sorpresa. Es más, no resuelve ninguna de las dos historias.
Cuenta dos historias como si fuera una sola y lo más importante nunca se cuenta.
La historia secreta se crea con lo no dicho, lo sobrentendido y la alusión.
“Para Borges la historia 1 es un género y la historia 2 es siempre la misma: la construcción cifrada de la historia 2 para Borges, es el tema del relato 1”.
Borges, Poe y Kafka sabían transformar en anécdotas los problemas de la forma de narrar.
El cuento sirve para hacer aparecer artificialmente algo que estaba oculto.

El cuento de Raymond Crver, “¿Por qué no bailais?”, refleja eso expresado sobre el cuento moderno. Parte de una historia 1, que es la parte de la introducción del cuento, luego pasa a una historia 2. Esa historia 2 interactúa de alguna manera con la 1, creando entre ambas la historia del cuento. Pero ninguna de esas historias presentadas por el escritor tiene un final concreto.

Autoevaluación de mitad de cursada



U. N. Q. Seminario y Taller de Escritura Urcola, Juan Pablo



Autoevaluación de mitad de cursada


Es impresionante como pasa el tiempo sin que nos demos cuenta. Hace dos mese y medio atrás empezaba el taller de escritura con muchas expectativas. Hoy creo que muchas de ellas han sido cumplidas y alcanzadas. Como dije en alguna oportunidad, creo que fue en el primer trabajo práctico de presentación, siempre me costaba arrancar a escribir pero eso se ha modificado a lo largo del taller. La práctica constante de escribir ayuda muchísimo a que cada vez y con más soltura podamos confiar en nosotros mismos y en nuestras producciones literarias. Esas producciones son más sólidas si por supuestos las fundamentamos en cada uno de los textos de lectura obligatoria de la materia.
El módulo de entrevista me sirvió para saber llevar a cabo una entrevista. En ella uno se prepara para hacer pública una de las conversaciones más privadas, por lo tanto el proceso de edición me llevó a optimizar mis esfuerzos para que así sea. Creo que el material de lectura fue el adecuado y me sirvió de mucho.
El módulo de crónica fue más difícil pero el más gratificante porque creo que en él se completa el anterior. Las lecturas obligatorias de esta segunda parte fueron más que pertinentes y me hicieron conocer escritores maravillosos como Capote y Walsh. Creo que eso marca un poco esta parte, los ejemplos de género y los grandes escritores que nunca vamos a olvidar, por lo menos yo.
Ahora empieza el tercer módulo, narración. Creo que es uno de los más creativos y libres de toda la cursada. Espero seguir creciendo como escritor, todavía me falta bastante.

domingo, 19 de octubre de 2008

Frase para una postal


" Las palabras podrán ser tan precisas que suenen opacas, pero de todas manera significan; si se las usa con cuidado pueden producir todas las notas".

Raymond Carver

martes, 14 de octubre de 2008

CRÓNICA 2 (de investigación)



U. N. Q. Seminario y Taller de Escritura Urcola, Juan Pablo


Crónica 2
DEVOCIÓN SINDICAL


La noche del 26 de julio de 1956 llegó conmocionado a Ciudadela el consuegro de Jesús Santamaría. Venía de La Reja a una hora desusada. Traía la amarga noticia de que lo habían encontrado tirado en el dormitorio, con un brasero encendido y que no había podido hacerlo reaccionar de ninguna manera. Los familiares temieron lo peor. Efectivamente, Jesús Santamaría estaba muerto.
Ese mismo día se cumplía el cuarto aniversario de la muerte de Eva Duarte, y debido a lo que Evita había significado para él, todo hacía pensar que no había elegido al azar esa fecha para quitarse la vida.
Todo era conmoción y revuelo en la Argentina de aquel entonces. Un año antes había tenido lugar un alzamiento militar tras el bombardeo a la Plaza de Mayo el cual se nombró como La Revolución Libertadora. Con Perón en el exilio y el partido suscripto, los descamisados habían quedados desahuciados.

Jesús Santamaría, un descamisado más

Don Jesús era un trabajador oriundo de zona oeste de la provincia de Buenos Aires que toda su vida militó en el peronismo desde que este se constituyó como tal. Entre sus más altos logros de su vida como peronista resalta el haber podido llegar al cargo de secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Edificio de Renta, Encargados y Ayudantes de Casas de Renta (SUEYACR) allá por el año 1951, que luego cambiaría su nombre por el de Sindicato Único de Trabajadores de Edificio de Renta (SUTER). Nunca imaginó que tras su muerte, su hijo y su nieto ocuparían el mismo cargo del cual él estaba tan orgulloso poseer. En la lápida de su tumba resalta un fragmento de un discurso pronunciado por Perón el 1° de mayo de 1950:
“ Compañeros: yo les he dado una doctrina justicialista, he asegurado una justicia social, he conquistado una libertad económica, les he dado una realidad política, todo consolidado en la Constitución Justicialista. Para el futuro han de ser ustedes los guardianes, han de ser ustedes los que juzguen y han de ser ustedes los que sancionen.
El movimiento sindical argentino y el pueblo argentino tienen la enorme responsabilidad de conservar este legado que nuestra generación creó para la felicidad de nuestros hijos y de nuestros nietos y para que no vuelvan ha producirse los dolores y las miserias que hemos presenciado.
Por eso compañeros, es necesario afirmar los sindicatos; es necesario apuntalar la C.G.T; es menester que todos los trabajadores de la Patria, en este inmenso movimiento sindical, terminen por establecer que en esta tierra los trabajadores son uno para todos y todos para uno. Y así unidos los sindicatos y el pueblo argentino, custodiaran y defenderán en el futuro sus reivindicaciones, y será el pueblo y los trabajadores, marchando del brazo por la ancha calle de la historia, quienes escribirán el último capítulo justicialista de esta querida Patria argentina “.

Ese discurso marcó a Don Jesús y marcaría a las sucesivas generaciones de los Santamaría a lo largo de sus vidas. Es así como en 1962 y luego de una larga intervención del Sindicato, José Francisco, hijo del difunto, se hace cargo de la Secretaría general del SUTER.
─ Mi viejo siempre estuvo involucrado en el sindicato, ya desde chico acompañaba a mi abuelo. Y así también pasó conmigo. Para mí mi abuelo y mi padre son los grandes referentes de mi vida cotidiana, sindical y política. ─ Me comenta Víctor Santamaría previamente antes de que empiece a entrevistarlo.


Víctor Santamaría, el justicialista
Víctor es un hombre común, simple, prolijo, de piel lustrosa y con algunas canas. Actualmente ocupa el mismo cargo que ocupó su padre y anteriormente su abuelo. Me cuenta que no es por imposición o herencia, siempre los Santamaría fueron elegidos a través de un sistema electoral democrático dentro del sindicato. Tiene una oficina muy amplia llena de estandartes sindicales, libros, trofeos y muchas pero muchas fotos. Es apacible y reposado pero ágil y certero a la hora de responder mis preguntas.
─ Empecé militando en La Juventud Peronista, en la secundaria. Ahí fue presidente del centro de estudiantes de mi colegio. Luego fui secretario general de la J. P. y allí empezó verdaderamente mi militancia política y mi pasión por la política. Creo que fue durante ese cargo donde tuve en claro que la política era mi vocación y mi vida.
Mientras me contaba sus inicios políticos me acordé de una frase que siempre que puede repite el portero del edificio donde vivo en las reuniones de consorcio: “el compañero Santamaría es lo más, vela por nuestro intereses, no lo critiquen che”.
Esa es la frase que repite cada vez que nos oponemos a aumentarle el sueldo por encima de lo estipulado por el Gobierno. Es tanto el fanatismo que tiene con el Sindicato del cual él es uno de los delegados barriales, que creo alguna vez haberlo visto barrer la vereda con un pin plateado del SUTERH colgado de su overol. Es un tipo raro mi portero. En realidad todos los porteros y porteras tiene algo en particular, creo que en general se podrían definir con los siguientes adjetivos calificativos: chusmas, conventilleros, reyes del plumero y la gamuza, cizañeros, secuestradores de suplementos deportivos, chupa media de la vieja del 1ro. “C” presidenta del consocio, maestros mágicos de la escoba y la lavandina, etc.


Víctor Santamaría, el elegido
Entre las muchas fotos que se encontraban enmarcadas sobre la pared de su despacho, había muchos autorretratos de Eva Duarte: Evita con el pelo suelto, Evita con rodete, Evita en Radiolandia, Evita en el balcón, Evita bajando de un avión, Evita en una gala en el Colón, Evita con Don Jesús, Evita con José Francisco, Víctor en los brazos de Evita. Pero arriba del escritorio se encontraban fotos más cotidianas, más de nuestro tiempo. Uno de los portarretratos de color dorado con ribetes y detalles en cuero servían de altar para los Kirchner y, en el medio por supuesto, estaba Víctor. De esta observación se desprende una pregunta que él me contesta de la siguiente manera:
─ Con el poder me llevo bien. Me llevo desde el punto de vista que soy secretario general de éste sindicato y tengo bien claro el objetivo que represento, que es velar por los trabajadores de edificio entonces, desde allí, es mi relación con el poder. Esa relación siempre fue favorable, por supuesto que ahora me siento mucho más cómodo porque la afinidad con los trabajadores es mucho mayor y en este sentido esto representa el nuevo proyecto de país que se viene construyendo desde 2003.
En el 2003 ya nadie creía en nadie. La confianza era una virtud perdida y olvidada en Argentina. Cuando De La Rua se fue en 2001 en helicóptero de la Casa Rosada, aquella noche de verano, daba la sensación que toda la dirigencia sea cual fuere su rango política, sindical, eclesiástica, militar, nos había defraudado por completo. Sumado a esto la tan paradójica y
sarcástica sucesión por cinco del sillón presidencial, colmó el vaso para que en las elecciones de 2003 volviera al poder por valotage otro militante peronista, Néstor “K”. La dirigencia sindical tampoco estaba bien vista, luego de Ubaldini, los sucesores de la dirección de la C. G. T. se caracterizaban por haber contraído el virus más potente y decadente del sindicalismo, el clientelismo político y las decisiones por conveniencia. Frente a esta perspectiva negativa, los Santamaría no se alejaron de la doctrina impuesta en el discurso del 1 de mayo de 1950 de su más adorado santo, Perón. Por eso, cuando le pregunté a Víctor que pensaba del deterioro sindical, se puso serio, frunció la frente, me miró a los ojos y me dijo:
─ Me siento mal con el deterioro de la dirigencia. Comparto un poco lo que la gente del pueblo directa o indirectamente piensa. Me duele mucho más cuando se critica a la dirigencia sindical. Esas fuertes críticas son producto de que los gobiernos que hubo desde el 83 en adelante, bajo la democracia, no supieron o no pudieron solucionar los temas de la gente y plantear una sociedad que tenga movilidad social ascendente, eso no sucedió.
Creo que esta respuesta fue para evadir una cuestión más profunda, de la que hay que hacerse cargo. Es seguro que la dirigencia en los años de Don Jesús Santamaría dista mucho de la dirigencia sindical actual que conduce su nieto, y la excusa siempre es la misma, “los tiempos cambian, la política y la dirigencia también” dijo el viejo representante peronista Antonio Cafiero cuando un periodista le preguntó por qué los trabajadores sindicales que acompañaron el cuerpo de Juan Domingo Perón dispararon contra otra agrupación sindical en San Vicente, el 17 de octubre de 2006. Puede que sea cierto que las cosas cambien, pero creo que las convicciones deberían ser las mismas que las de antaño. Pero resulta que las convicciones también cambiaron.
Por otro lado no es invisible cual fue y es la manera que tienen muestro políticos y sindicalistas más allegados a los gobiernos de turno de que una vez al mando, y casi viciosamente, destruyen todo lo que la gestión anterior venía realizando y lo que les costó mucho esfuerzo lograr para imponer sus propios modelos de “proyectos de país”. Algunos basaron esos proyectos en constituir un país burocratizado, otros un país exageradamente
privatizado, otros decidieron con quedarse con todo el dinero de ese país. Es improbable que cuando uno hable con Víctor Santamaría no le mencione casi como novecientas veces “proyecto de país”, ¿será que cada uno tenga el suyo propio? Víctor tiene el suyo, es este:
─ A partir de 2003 se vuelve a encaminar un proyecto de nación un proyecto de país. Es desde allí donde se empieza a construir los cimientos nuevamente, con un plan de acumulación de riquezas en beneficio del mundo del trabajo y que los trabajadores empiecen a tener un peso concreto y una realidad. Es muy largo discutir este tema de proyecto de país, pero lo más fundamental es que contemple y se forme en torno a dos ejes principales que tienen con el trabajo y con que sea la producción nacional la que se fortalezca en base al trabajo.

Víctor Santamaría, el escritor
Conocí a Víctor el año pasado durante la presentación de su último libro, “Evita, esa mujer”, del cual comparte la autoría con María Seoane. La celebración se realizó en el Centro Cultural Caras y Caretas el 26 de julio, a la cual asistieron muchos personajes de la cultura, la política,
el peronismo y yo. Pese a mi crónico aburrimiento galopante que me acompaña a todos lados, la comida del copetín estaba buena y me entretuve entre los snack y los sanguchitos de miga.
Nunca pensé que Víctor fuera un hombre multifunción. Una de esas señoras setentonas, estirada y pinturagiada que siempre aparecen en esas clases de reuniones intelectualoides, se acercó hasta la bandeja de sanguchitos que yo me había adueñado y a modo de intercambio me brindaba información por cada minuta que le dejaba agarrar de la bandeja . Fue así como me enteré las muchas funciones que cumplía Víctorito, como lo llamaba la señora. Pensé casi de inmediato que interesante sería entrevistarlo, y así el mes pasado se concretó esa charla. El hombre de 42 años, además de esposo, padre de familias y secretario general del SUTERH
es: secretario general del Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires, secretario general de la Federación FATERIHN, presidente de la Federación 2 de Octubre y escritor de varios

libros y publicaciones sobre temas tan diversos como el sindicalismo, la sociedad, el peronismo y también sobre el medio ambiente. Sobre la escritura me dijo:
─ Escribo porque creo que es importante diferenciar un proyecto de país de un proyecto de nación. En cada uno de mis libros, se ve marcado lo que yo pienso como planes de proyecto de país que se relacionan con otros proyectos a nivel regional y mundial. También tiene que ver con el qué y de qué manera uno se plantea empezar a reeducar con el ejemplo a la sociedad que nos rodea y de la cual formamos parte.
¿Qué diría Don Jesús de su nieto si lo pudiera ver ocupando tantos cargos, siendo un hombre tan influyente dentro del sindicalismo, ocupando un puesto considerable dentro del partido, ocupando el puesto que su hijo y su nieto retuvieron desde su muerte por herencia, por la democracia o por lo que fuese, siendo además escritor de varios libros?
¿Qué diría Perón de los peronistas actuales, del desprestigio político, de las coimas, de la agigantada corrupción, del abuso de poder, del deterioro de la dirigencia sindical, de la crisis económica, de los hombres multifunción?
¿Qué opinaría Evita de los planes jefes y jefas, de las escuelas sin gas y sin techos, de la escasez de insumos en los hospitales, de el cierre de miles de fábrica, de la desocupación, de las privatizaciones, del hambre que padecen miles de chicos de nuestro país, de los cartoneros?
¿ Qué diría Evita de la foto de ella en una tapa de Radiolandia que Santamaría tiene en sus despacho?
¿Qué diría yo? Mejor no digo nada.





Planificación, reflexión sobre el género crónica y notas de escritor


U. N. Q. Seminario y Taller de Escritura Urcola, Juan Pablo
Juampi-experienciacomunicativa.blogspot.com



Planificación de la crónica de investigación



Según lo planteado por Uribarri, mi crónica se basará en los siguientes aspectos del género:

a) Tema: se centrará en la vida política y sindical de las tres últimas generaciones de los Santamaría. Acotando y centrando el desarrollo con la vida política y sindical del actual secretario general del sindicato, Víctor Santamaría.
b) Tipos de estructura: creo más adecuado usar dos tipos de estructuras, por un lado la temática ya que es sobre política y sindicalismo, y la cronológica. Esta última es necesaria para guiar al lector a lo largo del desarrollo de la crónica. Parto de un hecho concreto, el suicidio de Don Jesús Santamaría, abuelo de Víctor. De allí en más es necesario ir cronológicamente con los demás hechos para poder interaccionarlos con los actuales y con la entrevista previamente realizada. En la primera parte utilizaré la ironía como herramienta de despegue para que el lector quiera seguir leyendo, luego la seguiré utilizando pero en forma gradual hasta acercarme a lo serio del asunto.
c) División y extensión: a la crónica la dividiré en pequeños capítulos utilizando subtítulos para marcar esa división. Todos los subtítulos van a estar de alguna manera relacionados con el nombre de los personajes y algún adjetivo que los destaque, haciendo de marco introductoria con lo que se leerá a continuación. La extensión me preocupa porque por un lado no quiero ser muy acotado con el desarrollo pero por otro tampoco quiero que se torne muy largo y aburrido. Por eso, sólo seleccioné algunas de las preguntas y respuestas de la entrevista para incluirlas, las que se destacan más y no todas. Por otro lado trataré de incluir reflexiones personales en relación a mis observaciones y sensaciones. Creo que terminaré con preguntas abiertas para que el lector reflexione y piense en virtud de lo que ha leído y en virtud de lo que sabe, lo que le ha tocado vivir y en virtud de en que lado de la historia cree que se encuentra.





Reflexión sobre el género Crónica

No es fácil escribir una crónica. Mucho más intimidante es escribir una teniendo como modelos a las obras de Capote y Walsh. Por eso es necesario tener en cuenta una serie de elementos que nunca deben faltar.
Para escribir una crónica uno debe primero partir de una noticia como marca Uribarri, es decir, algo concreto, algo que me haya motivado a realizar con ese hecho una crónica. Es importante por lo tanto, la fuente de donde se obtiene esa noticia para poder desarrollarla en virtud a su origen. Por otro lado es necesario estipular los límites de esa noticia y definir el rumbo de orientación. Es imprescindible un exhaustivo rastrillaje por todo tipo de fuentes adicionales que enmarque el entorno del tema central que se va a desarrollar. Una entrevista previa, material de archivo, datos históricos, observaciones y sensaciones personales, pueden aportar esos elementos tan necesarios.
Cuando empecé a leer “La Argentina Crónica” , deduje que si bien no es fácil escribir una crónica, tampoco es imposible. La de “Operación ja ja” de Carolina Reymúndez, me sirvió como ejemplo para escribir mi crónica cultural sobre el biodrama teatral “Tres filósofos con bigotes”. La forma irónica, humorística y reflexiva del final es mi forma de crónica favorita, quizá porque yo me caracterice por ser así y porque siempre me gusta darle un toque de humor a todas las cosas. Pero escribir la segunda crónica, la crónica de investigación, me resultó mucho más difícil. Ahora si la cosa era en serio, ya no podía jugar con el humor tan libremente. Aquí la información adicional me sirvió mucho para poder darle el giro adecuado y agudizar mi relato. Por un lado descarté algunas preguntas y respuestas que no eran tan comprometidas como las otras. Una de las cosas que destaco de Uribarri es cuando dice que para lograr profundidad hay que buscar antecedentes. En mi caso esos antecedentes los encontré en la historia del sindicalismo argentino y los orígenes del sindicato de trabajadores de edificio. El dato del suicidio del primer director de ese sindicato y el fragmento del discurso de Perón, el 1 de mayo de 1950, me parecieron los elementos más pertinentes para focalizar al lector en el argumento y empezar así la crónica, pero no fue fácil. Otra cosa que pudo rescatar de Uribarri es cuando sostiene que si queremos fundamentar bien nuestro trabajo y propósito y justificar convenientemente las influencias, necesitamos de la

investigación. Para realizarla hay que acudir a fuentes múltiples. Quizá no parezca importante, ni lo mencione con mucha claridad, pero en alguna que otra charla que tuve con el portero de mi edificio, que es el actual delegado barrial sindical, me sirvió de mucho para encaminar la crónica, así como también algunos artículos periodísticos viejos y visitar la página del sindicato una y otra vez.
Creo que en una crónica se refleja la profundidad de cuan grande es la vocación que uno tiene al decidirse a escribir y hasta que grado de periodista aspira uno llegar.
“Buscar la novedad y el interés mediante el detalle o el estilo”, señala Uribarri. Eso es lo más complicado y a la hora de editar la crónica mucho más. ¿Podré lograrlo?, ¿será adecuado empezar por este dato histórico y no por otro?, ¿atraeré el interés del lector con esta crónica? Estas y otras preguntas más fueron las que me surgieron al escribir mi crónica de investigación. Es trabajo fue arduo, pero he aquí el resultado.






Nota de lector sobre Truman Capote y su prefacio en “Música para camaleones”


Capote sin duda es uno de esos escritores con mayúscula. Nunca había leído algo de él, pero fue sorprendente haberlo conocido mediante este texto.

Es importante resaltar la lucidez casi penetrante que tiene para hablar de si mismo. No muchos escritores lo hacen. Una vez escuché un viejo reportaje a Borges donde el decía que una ves que terminó de escribir un libro, nunca más volvía a leerlo nuevamente por temor a que no le gustara. Pero con Truman Capote pasa lo contrario, se enfrenta a sus obras y tiene el suficiente coraje para auto criticarse. Es así como leer de nuevo sus trabajos literarios le permitió afirmar que todavía, y aunque ya consagrado, no había llegado a explotar su potencial y que su próximo paso era mejorarlo.

Por otro lado creo que, a pesar de que siempre está entre los límites del género, logra marcar e imponer un estilo propio y siempre remarcando que más que un buen escritor es un muy buen observador.

Es un maestro que maneja muy bien el discernimiento, es decir, tiene la habilidad de saber que cosas les interesan a los lectores que cuente. Eso se refleja en los textos que le siguen a continuación del prefacio como “Música para camaleones”, “Un día de trabajo” y “Mr. Jones”. Sabe buscar y encontrar los personajes más simples pero a la vez los más interesantes y pintorescos, así como también las situaciones y momentos más oportunos. Deja en cada frase su meticulosa manera de trabajo, interacciona su alma de escritor con su espíritu de periodista investigador. No usa un lenguaje complicado, más bien sutil y guía al lector en la lectura. Lo atrapa desde el primer momento, en mi caso fue así. Eloy Martínez escribió una vez que un buen escritor es también un buen periodista, creo que esas dos cualidades sintetizan lo que es realidad Truman Capote.





Nota de lector sobre Rodolfo Walsh de sus obras “El violento oficio de escribir” y “Kimonos en la tierra roja”


Conozco más de su vida que de sus obras. Se que fue un hombre común, escritor por oficio, periodista por vocación, militante por decisión y convicción.
Es la versión mejorada del Truman Capote argentino, y es quien en realidad inició el género de Nuevo Periodismo con “Operación masacre” unos años ante que se lo atribuyeran a Capote.

Kimonos en tierra roja refleja una crónica que impacta por las escenas e imágenes descriptas de una cultura que nos es muy lejana pero que forma parte de la gran cantidad de inmigrantes que forjaron nuestra nación. Se da el lujo de jugar con el lector utilizando distintas herramientas discursivas: se remonta al pasado, nos trae al presente y vuelve a llevarnos al pasado con mucha prolijidad y sutileza. La lectura se hace tranquila frente a esta obra, aunque de tanto en tanto uno tropieza con nombres casi impronunciables que ponen a prueba la concentración del lector. Relatos que provocan risas, producto de la forma en que una persona oriental pronuncia lagunas palabras en nuestra lengua.

A pesar de las desventuras, ilusiones frustradas y promesas no cumplidas, los inmigrantes se encuentran unidos y siguen compartiendo sus costumbres, música y tradiciones. Es claro que el comienzo marca el final del texto, una decisión que un escritor debe utilizar muy bien para que su obra no se pierda en el camino. Quizá por ello y como recurso descriptivo utiliza la postura y visión del fotógrafo que lo acompaña y del cual se desprenden esas selecciones de imágenes que vigorizan la escritura para el autor y la lectura para el lector. Así como Capote, también intenta marcar un hilo conductor en cada tema que trata, aunque no de forma tan lineal. La paciencia y la esperanza por el cambio son las dos virtudes que marcan la obra. La paciencia de esperar el fruto de la cosecha, pero a un largo plazo, la esperanza de que aquellos que vienen mantengan las mismas ganas de progresar con las que vinieron y soñaban en su tierra. Walsh se caracteriza en esta obra por ser un buen escritor, un gran periodista y un excelente contador de historias.



Notas de lector sobre “El interior” de Martín Caparrós


La Partida
Sintetiza la visión personal de ser argentino y de lo que es la argentina. Recuerdos, frases experiencias: ¿es la Argentina tal cuál nos imaginamos?, ¿es el interior de nuestro país tal cuál lo pensamos? Estas son las preguntas que Caparrós intentará, a lo largo de su viaje, responder.

Buenos Aires – San Nicolás
El espacio se acorta: las autopistas.
Describe campos de soja en forma de versos. El marrón y verde predomina en el paisaje.
Describe el balneario y la gente que allí hay: esa gente de pueblo, sin raza ni distinción, gente común donde el todo es parte de todos.

Villa Constitución – Santa Fe
Entre datos históricos, descripciones personales y asombro cuenta su visita por Asindor en Villa Constitución. El paso del tiempo a dado lugar a un cambio de bandera. Asindor ya no es argentina sino brasileña. Acá está presente la noción del tiempo como que es él el que lo cambia todo y nada es eterno. Su conversación con un viejo trabajador que le cuenta la lucha por recuperar a la fábrica, refleja que lo lugareños no se resignan a lo que el tiempo les ha quitado. El tiempo aparece otra vez con ente transformador de la política del lugar, ya no es la misma que la de antes. Termina con una especie de monólogo: no somos como los judíos, no somos como los chinos, ¿qué somos?, ¿cómo somos?, ¿por qué somos como somos?, ¿cuáles son nuestras virtudes como argentinos?, ¿cuáles son nuestros defectos?, ¿por qué criticamos a los demás?, ¿ por qué cada argentino se cree mejor argentino que otro argentina?, ¿quiénes son los causantes de nuestras desgracias?, ¿somos todos chorros, vivos e ignorantes?, ¿somos gente buena?, ¿buena para qué?

Rosario
Es una ciudad coqueta, espaciosa pero tiene la desgracia de parecerse cada vez más a Buenos Aires.
Describe su origen, arquitectura, sus lugares y su gente. Es hoy una ciudad socialista pero con gran trayectoria peronista. Es la ciudad del Che, y de los hincha de central.
El tiempo: gran transformador del río y del puerto.
Es la ciudad de la insignia patria: la que nos une a todos los argentinos.
Rosario: ¿un barrio de Buenos Aires? Que paradoja.
Entre Buenos Aires y Rosario existe una relación de pareja, de amor y de odio que perdura con el tiempo.
Narra su relato en prosa.
Rosario: la capital de la lengua. Tierra de tobas y de ricos.
Juan Cabrera es toba y le gusta Nitzsche . tiene un boliche, mejor dicho un cabaret.
En los cabaret del interior los tipos pueden ser como son, tipos.
En el cabaret de Juan hay: chicas, chico-chica, chica-chica. Descontrol.
Entre copa y copa el autor relata y describe el lugar y las ofertas sexuales.
El cabaret de Juan se llama La Rosa: lugar oscuro, antro de perdición, lujuria y placeres carnales.
7 de diciembre: Día de la virgen del Rosario.
Fontanarrosa y Rosario: un solo corazón.
Rosario mira a Buenos Aires, coquetea con Bs. As. Y desea parecerse a Buenos Aires, pero todavía la gente de Rosario no se parece a la de Buenos Aires. Todavía las señoras de Rosario salen a hacer las compras con los ruleros puestos, y hay pobres.
Rosario es una ciudad de personajes ilustres, escritores famosos, ¿y pobres?, bueno si y de pobres.
La soja: es la gran riqueza de Rosario y de los pobres. La producción de soja crece cada vez más y los pobres también.

Misiones
La describe como una tierra en la que coexisten los gauchos campesinos, tierra colorada, las cuatro por cuatro, los ranchos y los chalecitos.
Es la tierra del mate, esa droga diabólica que atrapa a todos los argentinos.
Relata en tono irónico una breve reseña del origen de la tradición matera.
Se topa con la selva misionera.

El tiempo está siempre presente en su relato.
Oberá: ciudad magnífica
Relata, narra y describe entremetiendo párrafos de otros de sus libros, frases corsas y versos.
Tierra de guaraníes, criollos y mestizos.
En el diálogo con un lugareño se describe muy bien la forma de vivir, de pensar y de ser un argentino del interior.
Se topa con Brasil y con la aduana.
Las maestras cuentan la realidad de los chicos y las dificultades para asistir a clases, reflejo típico de lo que sucede en el interior de nuestro país.
Clases en castellano, guaraní y portugués.
Cataratas: tierra extrema y conquistada por la mano del hombre y el turismo de masas. Relata su descubrimiento histórico.
En Puerto Iguazú los guaraníes viven como “argentinos”: tienen gas, luz, agua y algo de dinero.
Describe la realidad de la Triple Frontera: descontrol, delincuencia y tranquilidad.
Kirchner, El Clarín y los setenta y cinco mil.
Argentina es un país que tiene todos los climas, todos los paisajes y también pobres.
El interior está lleno de gente gaucha, cordial, amistosa, buena, honrada, desdichada, pobre y rica.




Nota de lector sobre cinco crónicas de “La Argentina Crónica”


OPERACIÓN JA JA
Es una crónica simple pero muy bien estructurada. Esta marcada por un hilo conductor que permite que el lector pueda introducirse en el tema de forma tranquila. Las características y descripciones que la autora hace de los personajes con los cuales interactúa y conversa son de gran importancia en todo el relato. El tiempo es parte central de esta crónica porque el transcurso de un bloque de programa permite establecer el comienzo, el desarrollo y el final de la misma. Si bien el tiempo en la televisión correr muy rápido, la autora pudo construir una detallada y completa crónica en ese corto lapso. Creo que le ayudó mucho la virtud de poseer una muy buena memoria de las conversaciones y un muy buen registro mental de las observaciones que luego les sirvieron para el armado de la crónica. Es también importante lo que pasa con cada uno de los personajes o personas que integran “la clac”, porque de a poco va descubriendo que detrás de cada uno se esconde un mundo y muchas situaciones de vida distintas. Algunos les importa progresar, otros toman su trabajo como un pasatiempo o una posibilidad de crecer en el ambiente de la televisión. No es una profesión común y creo que ese es el hecho por el cual la escritora quiso construir una crónica sobre el tema. Las reflexiones finales, traídas a la más brutal realidad, permite ver su forma de pensar y de sacar conclusiones de su investigación sobre los trabajadores de la clac. Entre descripciones, conversaciones, anécdotas y risas también introduce aclaraciones sobre términos y cuestiones técnicas de la televisión en virtud al público lector para el cual se dirige su relato. Su obra es clara, interesante y reflexiva.

LAS HERMANAS SATÁNICAS

Si bien el autor de esta crónica introduce continuamente datos históricos, fechas importantes del caso judicial, nombres de la justicia y una cronología detallada de los hechos, lo más importante de su obra es conocer a su personaje, una de las hermanas satánicas. La escribe como una chica común, miedosa, adolescente, con gustos y cualidades a cualquier otra chica de su edad pero que no se puede despegar de ese hecho sangriento que la acompañará de por

vida. El relato es intrigante y atrapa desde el comienzo, esto no quiere decir que guste a todas las personas que lo lean pero sí de seguro que todas llegarán al final. Creo que autor juega todo el tiempo con el doble sentido y la ironía de estar frente a una muchacha común pero que un día participó de valla uno a saber de que ritual satánico que terminó con su padre despellejado y muerto, y con ella y su hermana procesadas. En esta crónica el tiempo por el momento no funciona tan a favor, la frase de que el tiempo cura todo por el momento no aparece en esta crónica, ni creo que esa haya sido la visión del autor. Creo y me parece que el autor quiso aparecer como un héroe frente a un dragón. Creó esta crónica más en beneficio como profesional de la escritura que como relator y informador de un hecho tan serio y delicado. Este hecho es tratado con mucha profesionalidad y se deja ver que si bien hay trabajo de investigación al respecto publicado en su crónica, no es muy tratada. Es una crónica más descriptiva de un personaje que de un hecho concreto.

A CABALLO DE LA FE
No me gusto en absoluto. Es como si fuera una crónica contada por un escritor que siempre vivió en una ciudad y que nunca se ensució las manos, sobre un hecho de la vida común de gente del interior de nuestro país que se enmarca en una tradición de fe. El autor utiliza palabras y describe a los personajes con lenguaje del interior, de gente de campo, que se nota que no es propio aunque todo el tiempo trata de que así parezca. No lo logra en absoluto. Por ello creo que recurre a describir el mito de la difunta correa como si fuera la única versión que existiera al respecto, y no es así. No profundiza en la investigación detallada, sólo se basa en lo que le contaron y vio como peregrino en la procesión, es muy raro al ser él un periodista. Más que una crónica yo la consideraría una narración. Lo único que se puede rescatar de esta crónica es el reflejo de las tradiciones tan arraigadas que la gente de todas partes tiene y comparte, así como también la importancia que como seres humanos tenemos de creer en algo más allá de lo lógico o no que parezca. Al compararlo con las demás crónicas no logra impactar ni mucho menos atrapar al lector desde ningún sentido, al menos a mi me pasó eso.


NO TAN BUENOS AIRES
En esta crónica se resaltan los datos de investigación que el escritor fue adquiriendo. Para saber sobre este tema y describir detalles no sólo vasta con conversar con algunas personas, sino también buscar datos históricos, técnicos y de gran importancia que faciliten la familiaridad de los hechos con el lector que muchas veces se encuentra ajeno a este tipo de situaciones. Es un tema que no se llega a tratar en profundidad en los medios de comunicación y creo muy pertinente que se haga por medio de esta crónica. Hay datos que son muy duros y chocan con el lector de forma brusca, pero creo que es parte de las herramientas utilizadas por el escritor para generar tensión, impacto y realidad. Las compasiones de lo que puede llagar a pasar con lo que sucedió en la guerra del golfo o el alcance de la explosión marcan el compromiso del escritor de generar conciencia sobre esta situación que convive entre nosotros. La forma con que maneja las descripciones de la gente del barrio y refleja sus sensaciones están muy bien utilizadas para atrapar al lector y hacer del relato algo muy interesante. Los subtítulos utilizados son simples y entendibles para suponer que se va a seguir leyendo, esa es otra buena herramienta de atracción para el lector. Por último nos acerca el grado de compromiso que el gobierno de la zona tiene o mejor dicho no tiene ante esta grabe situación de precariedad, enfermedad, hambre y pobreza.

CAMPAÑA CON DUHALDE Y ORTEGA

Una de las crónicas más pobres. Al principio creí que me encontraría con ambas caras de la moneda de forma más profunda, pero fue sólo ilusión. Creo que intenta ser u ostentar mucho pero que no llega ni a la mitad de ello. Durante el transcurso del viaje con los candidatos, grandes candidatos políticos de esa época, se pierde mucho el hilo del relato y se comparte muy poco tiempo con estos dos personajes de la política. No comprendo todavía si el autor de esta crónica quiso mostrar a Duhalde y a Ortega como los carismáticos candidatos que tienen un gran acercamiento con la gente del interior, o como grandes referentes políticos con bolsillos más grandes que su orgullo lleno de promesas que no cumplirán. La temporalidad es otro problema en esta crónica, no logro descubrirla. Un piensa que al tratarse de un viaje en tren y pasando por lugares tan alejados, inhóspitos o desconocidos trataría el tema del tiempo con mucho más detenimiento y detalle. La estructura es poco cuidada y no muy producida,

me da la sensación de que el escritor juntó varios pedacitos de hojas escritas y las publicó tal cual estaban, sin cerrar ideas, sin fundamentar algo con datos históricos, sin mucho compromiso. Por otro lado los personajes que intervienen en esta crónica representan una multiplicidad de voces pero que no marcan ningún punto de vista concreto, son débiles y se pierden las unas con las otras.