U. N. Q. Seminario y Taller de Escritura Urcola, Juan Pablo
Nota de lector sobre “El hombre que ríe” de J. D. Saliger
Me costó entenderlo. Creo que mi interpretación es muy personal.
Desde ya no es como el anterior. Este tiene marcado un hilo conductor, es decir, posee una introducción, un desarrollo y un final. Todo el tiempo está narrado desde la visión de los recuerdos de un niño, pero contado ahora que ese niño ya es un adulto. Esto hace que por momento me resultara algo irónico o con doble sentido. El jefe y su mujer son muy representativos en todo el relato y todo gira entorno a lo que les pasa. Pero es como si existiera una historia dentro de otra historia y ambas comienzan y terminan con el hombre que ríe.
Por otro lado, y considerando algunas pautas del psicoanálisis, concluyo con que el hombre que ríe es él, el escritor o el propio personaje que representa el escritor en su relato y marca un paso de etapa. Hay dos etapas que a mi parecer se marcan en “El hombre que ríe”, la niñez y sin pasar a una etapa intermedia, la adultez. Creo que todo lo que le ocurre a el hombre que ríe, refleja los cambios que un niño tiene al crecer de golpe y entender que todo no son risas y alegrías en la vida. Creo que se cruzan y se generan una tensión constante entre la fantasía y lo bello de la infancia con la cruda realidad y la verdad de todas las cosas por las cuales se caracteriza la etapa adulta de una persona.
El hombre que ríe se muere cuando se da cuenta que ya dejó de ser un niño y que ya no hay vuelta atrás en este camino de ida, solo de ida del desarrollo de la vida.
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