INTRODUCCIÓN AL TEMA DEL ENSAYO
Me preocupa mucho el ritmo que la escritura puede llegar alcanzar, un ritmo que no tiene límite. Pero no asocio de la escritura con lo apresurado o lento que pueda presentar ese proceso, sino con la ilimitada cantidad de ideas, pensamientos percepciones y observaciones que de alguna forma u otra constituyen a la escritura y a las diversas formas de escribir.
¿Será necesario conocerlas a todas para llegar a ser un buen escritor? Si la respuestas a esta pregunta es sí, entonces de la misma manera deberíamos conocer las múltiples formas de observar, y por observar contemplo no solo lo que nos proporcionan nuestros ojos, sino también el observar remite a la percepción y recepción de los sonidos, de texturas, de olores y aromas, de recuerdos y de muchas otras cosas que si bien no se pueden ver, pero se sienten. En cambio, si la respuestas a esta pregunta es no, creo que de la misma manera uno se debería plantear si es así o algo en nosotros está fallando.
Quizás no sea tan necesario conocerlas a todas para ser u buen escritor, pero creo que sí es necesario sentirlas por más invisibles que sean.
DOS FRASES INTERESANTES:
“todos los seres humanos poseemos –desde que empezamos a comunicarnos—conocimientos lingüísticos que nos permiten interactuar de manera relativamente eficaz con otros seres humanos con los que convivimos o compartimos actividades sociales”
“…la escritura y la lectura son actividades que debemos aprender de manera consiente y reflexiva (…) , son dos actividades centrales que llevamos a cabo a lo lardo de nuestra vida…”
Sara Isabel Pérez
Eje de lengua, Ingreso 2003,
Universidad Nacional de Quilmes
martes, 18 de noviembre de 2008
miércoles, 12 de noviembre de 2008
"La Gran Sonoridad de una Voz de Radio" (temática charla)
Cuento sobre la jornada de charlas
“LA GRAVE SONORIDAD DE UNA VOZ DE RADIO”
Fuimos invitados a una charla sobre radios comunitarias. Pasamos, saludamos y nos sentamos en sillas de plástico contra la envidia, mejor dicho de color rojo.
El largo día de universidad se nos notaba a todos, y yo que soy ojeroso de nacimiento tenía los párpados por el suelo. Entre caramelos, risas por nuestro estado y comentarios la charla dio comienzo. En la mesa central se encontraban reconocidas personalidades de la farándula universitaria y académica y otros no tanto. Entre las más destacadas se encontraban:
- La profesora Celia: futura mamá. Mujer de resplandeciente rostro y apacible mirada.
- El Profesor Bosetti: Hombre sin bigotes. Usa lentes y los pantalones más arriba de lo habitual.
Los demás integrantes de la mesa no encuentro pertinente ni necesario que sean mencionados.
La mujer de resplandeciente rostro inició la charla de muy buena manera y dio la palabra al hombre sin bigotes.
La gran sonoridad de una voz de radio inundó de notas musicales aquel auditorio vacío, tosco y caluroso. Esa voz me trasladó a la más célebre sensación que se experimenta cuando uno se conecta con su propia alma en un entorno de paz y serenidad pero a la vez de poder y estruendo. A la sensación de no querer dejar de escuchar los tintes fonológicos que aquellas cuerdas vocales irradian. Esa voz me condujo a la más particular experiencia de estar volando sin motor en lo más alto del cosmo. Al escucharla me transformó en un ser omnisciente, omnipotente y omnipresente. Me convirtió en una personificación de un Hermes, un mensajero de los dioses, con alas y todo el merchandising celestial.
La gran sonoridad de aquella voz de radio repercutió en mis oídos cual sonido de trompetas en la hora final. Cual coro de ángeles acompañando la entrar en la eterna y feliz morada. Esa voz sació mis ansias de no saber para qué o por qué estudio comunicación social. Me limitó en un propósito tantas veces buscado pero sin éxito hallado. Me brindó la certeza que todos no
somos perfectos, pero que vamos en camino a la perfección. Me hizo pensar que somos seres espirituales más que carnales. Esa voz es la única protagonista de este relato y la única que se lo merece serlo.
La gran sonoridad de una voz de radio, no tiene género, es indistinta y plural. Al escucharla me cuenta todo lo que deseo saber. Esa voz es de todos, es una voz sincera, pasible, potente y comunitaria. Esa voz nos pertenece a todos y a cada uno de nosotros. Esa voz no hace distinción de raza, clase o religión. La voz de radio es la expresión más clara y libre que existe en una comunidad ya que a través de ella uno logra alcanzar cosas impensadas.
La gran sonoridad de esa voz, es la voz de todos.
“LA GRAVE SONORIDAD DE UNA VOZ DE RADIO”
Fuimos invitados a una charla sobre radios comunitarias. Pasamos, saludamos y nos sentamos en sillas de plástico contra la envidia, mejor dicho de color rojo.
El largo día de universidad se nos notaba a todos, y yo que soy ojeroso de nacimiento tenía los párpados por el suelo. Entre caramelos, risas por nuestro estado y comentarios la charla dio comienzo. En la mesa central se encontraban reconocidas personalidades de la farándula universitaria y académica y otros no tanto. Entre las más destacadas se encontraban:
- La profesora Celia: futura mamá. Mujer de resplandeciente rostro y apacible mirada.
- El Profesor Bosetti: Hombre sin bigotes. Usa lentes y los pantalones más arriba de lo habitual.
Los demás integrantes de la mesa no encuentro pertinente ni necesario que sean mencionados.
La mujer de resplandeciente rostro inició la charla de muy buena manera y dio la palabra al hombre sin bigotes.
La gran sonoridad de una voz de radio inundó de notas musicales aquel auditorio vacío, tosco y caluroso. Esa voz me trasladó a la más célebre sensación que se experimenta cuando uno se conecta con su propia alma en un entorno de paz y serenidad pero a la vez de poder y estruendo. A la sensación de no querer dejar de escuchar los tintes fonológicos que aquellas cuerdas vocales irradian. Esa voz me condujo a la más particular experiencia de estar volando sin motor en lo más alto del cosmo. Al escucharla me transformó en un ser omnisciente, omnipotente y omnipresente. Me convirtió en una personificación de un Hermes, un mensajero de los dioses, con alas y todo el merchandising celestial.
La gran sonoridad de aquella voz de radio repercutió en mis oídos cual sonido de trompetas en la hora final. Cual coro de ángeles acompañando la entrar en la eterna y feliz morada. Esa voz sació mis ansias de no saber para qué o por qué estudio comunicación social. Me limitó en un propósito tantas veces buscado pero sin éxito hallado. Me brindó la certeza que todos no
somos perfectos, pero que vamos en camino a la perfección. Me hizo pensar que somos seres espirituales más que carnales. Esa voz es la única protagonista de este relato y la única que se lo merece serlo.
La gran sonoridad de una voz de radio, no tiene género, es indistinta y plural. Al escucharla me cuenta todo lo que deseo saber. Esa voz es de todos, es una voz sincera, pasible, potente y comunitaria. Esa voz nos pertenece a todos y a cada uno de nosotros. Esa voz no hace distinción de raza, clase o religión. La voz de radio es la expresión más clara y libre que existe en una comunidad ya que a través de ella uno logra alcanzar cosas impensadas.
La gran sonoridad de esa voz, es la voz de todos.
"Volar sin Avión" (temática sobre un sueño)
Cuento sobre un sueño “VOLAR SIN AVIÓN”_
Pablo Babavópodo tiene 37 años. Es un excelente vendedor de seguros, el mejor por lejos. Trabaja en una compañía multinacional, líder en hacer creer a la gente la extrema necesidad se asegurarse hasta el dedo gordo del pie.
El mes pasado, Pablo, fue ascendido a Gerente General de la sucursal principal de la organización en Argentina, motivo por el cual dentro de 10 días deberá volar con rumbo a Chicago donde se encuentra la sede central de la Casa aseguradora, para la reunión extraordinaria anual que se celebra todos los años por esta fecha.
Babavópodo, se crió en un hogar de clase media del barrio de Barracas, donde nunca le faltó pero tampoco le sobró nada. Su madre Mariquena es una mujer muy juiciosa, beata, una mujer de misa diaria que siempre pasa por la peluquería a intercambiar chusmeríos antes de ir a buscar a su marido con un Peugeot 600 por la oficina de correo donde por más de 25 años trabaja. Él es simple, laburador, pintón y desentiende de lituanos. La única preocupación que siempre los padres de Pablo tuvieron fue que le chico se esmerara en todo y sobresaliera en todo lo que emprendiese. Por eso cuando Pablo comenzó su carrera universitaria de Administración Financiera, nunca contemplo la posibilidad de estudiar para un parcial y sacarse menos que 10. De hecho siempre se sacó 10.
El living de su casa se había transformado en una especie de altar con todas las menciones de honor, diplomas, acreditaciones, medallas, parciales encuadrados y fotos de aquellos días de gloria.
Grande fue el asombro de sus compañeros cuando Pablo empezó a trabajar en la compañía de seguros porque nadie suponía que detrás de esa parva de rulos pelirrojos y grandes ojos verdes se encontraba uno de los más altos coeficientes intelectuales del país.
Mientras que su madre ultimaba los detalles de la ropa que preparaba para que Pablo asistiera a un cóctel en su honor, por su ascenso y que sus amigos habían ideado, Pablo preguntó:
─¿Estos pantalones no son demasiado grandes?
─Pero noooo. Como se nota que no estás acostumbrado a usar esmoquin. Los pantalones de esmoquin son así ─ respondió la madre .
─Bueno, peroooo, parezco un pingüino ─ dijo Pablo.
─ Qué pingüino ni que ocho cuarto, cheee….va, va, va ─ refutó Mariquena.
Dos horas después el pingüino apareció en el restobar de Barrio Norte. Las copas iban y venían pero nunca tocaron los labios resecos de Pablo. Los canapés parecían muy sabrosos pero nunca entraron a la boca de Pablo. Pablo esta nervioso. Pero ¿por qué estaba nervioso Pablo? Nadie lo sabía hasta que Mirta, su amiga aficionada a la repostería le preguntó. Se lo preguntó de buena manera, si había algo que caracterizaba a Mirta era su manera de preguntar.
Pero Pablo no contestó, le daba mucha avergüenza.
Cuando Pablito tenía 13 años, sus padres le regalaron un viaje al parque de diversiones más importante de occidente, en Yanquilandia. Ese viaje marcó al niño para siempre. A una hora de llegar y en pleno vuelo una de las turbinas del avión explotó lo que provocó un pánico generalizado en todo el avión. Pablo iba sólo en ese viaje, sus padre solo habían comprado un pasaje para él. En el aeropuerto lo esperaba su tío Enrique. Tan grande fue el susto del muchachito que de regreso no quiso volver en avión y juró que nunca pisaría otro en toda su vida. Por lo tanto su regreso fue muy largo: hasta Tijuana viajó en tren, hasta Honduras en colectivo, hasta Bogotá en automóvil, hasta Perú en motocicleta, hasta Jujuy en burro, hasta misiones en un corcel azabache, y por el rió Paraná hasta Buenos Aires en catamarán.
Pero Pablo en 10 días debía estar en Chicago, y esta vez debería volver a usar un avión. Esa era la gran preocupación de Babavópdo, mejor dicho el gran miedo que lo acorralaba y lo dejaba sin salida. Un hijo ejemplar, orgullo de sus padres, un empleado modelo, un exitoso trabajador y estudiante se encontraba entre la espada y la pared ahora que había alcanzado su máximo logro, su tan esperado y deseado ascenso. Su miedo a volar hacía que todo retrocediera en el tiempo a cuando tenía 13 años.
El día llegó. Pablo Babavópodo estaba arriba del avión. Los motores se pusieron en marcha, ya no había vuelta atrás. Pablo sudaba, se aferraba muy fuerte al asiento y oraba. La luz se oscurecía y la oscuridad fría y tenebrosa se lanzaba cual lobo hambriento y rapaz sobre Pablo.
Dos días más tarde, el exitoso Pablo Bbavópodo, hijo de un inmigrante lituano y de una mujer juiciosa disfrutaba de su flamante puesto de Gerente General en su oficina de Puerto Madero. Un logro más para su altar. Pablo venció con éxito su fobia a volar.
Pablo Babavópodo tiene 37 años. Es un excelente vendedor de seguros, el mejor por lejos. Trabaja en una compañía multinacional, líder en hacer creer a la gente la extrema necesidad se asegurarse hasta el dedo gordo del pie.
El mes pasado, Pablo, fue ascendido a Gerente General de la sucursal principal de la organización en Argentina, motivo por el cual dentro de 10 días deberá volar con rumbo a Chicago donde se encuentra la sede central de la Casa aseguradora, para la reunión extraordinaria anual que se celebra todos los años por esta fecha.
Babavópodo, se crió en un hogar de clase media del barrio de Barracas, donde nunca le faltó pero tampoco le sobró nada. Su madre Mariquena es una mujer muy juiciosa, beata, una mujer de misa diaria que siempre pasa por la peluquería a intercambiar chusmeríos antes de ir a buscar a su marido con un Peugeot 600 por la oficina de correo donde por más de 25 años trabaja. Él es simple, laburador, pintón y desentiende de lituanos. La única preocupación que siempre los padres de Pablo tuvieron fue que le chico se esmerara en todo y sobresaliera en todo lo que emprendiese. Por eso cuando Pablo comenzó su carrera universitaria de Administración Financiera, nunca contemplo la posibilidad de estudiar para un parcial y sacarse menos que 10. De hecho siempre se sacó 10.
El living de su casa se había transformado en una especie de altar con todas las menciones de honor, diplomas, acreditaciones, medallas, parciales encuadrados y fotos de aquellos días de gloria.
Grande fue el asombro de sus compañeros cuando Pablo empezó a trabajar en la compañía de seguros porque nadie suponía que detrás de esa parva de rulos pelirrojos y grandes ojos verdes se encontraba uno de los más altos coeficientes intelectuales del país.
Mientras que su madre ultimaba los detalles de la ropa que preparaba para que Pablo asistiera a un cóctel en su honor, por su ascenso y que sus amigos habían ideado, Pablo preguntó:
─¿Estos pantalones no son demasiado grandes?
─Pero noooo. Como se nota que no estás acostumbrado a usar esmoquin. Los pantalones de esmoquin son así ─ respondió la madre .
─Bueno, peroooo, parezco un pingüino ─ dijo Pablo.
─ Qué pingüino ni que ocho cuarto, cheee….va, va, va ─ refutó Mariquena.
Dos horas después el pingüino apareció en el restobar de Barrio Norte. Las copas iban y venían pero nunca tocaron los labios resecos de Pablo. Los canapés parecían muy sabrosos pero nunca entraron a la boca de Pablo. Pablo esta nervioso. Pero ¿por qué estaba nervioso Pablo? Nadie lo sabía hasta que Mirta, su amiga aficionada a la repostería le preguntó. Se lo preguntó de buena manera, si había algo que caracterizaba a Mirta era su manera de preguntar.
Pero Pablo no contestó, le daba mucha avergüenza.
Cuando Pablito tenía 13 años, sus padres le regalaron un viaje al parque de diversiones más importante de occidente, en Yanquilandia. Ese viaje marcó al niño para siempre. A una hora de llegar y en pleno vuelo una de las turbinas del avión explotó lo que provocó un pánico generalizado en todo el avión. Pablo iba sólo en ese viaje, sus padre solo habían comprado un pasaje para él. En el aeropuerto lo esperaba su tío Enrique. Tan grande fue el susto del muchachito que de regreso no quiso volver en avión y juró que nunca pisaría otro en toda su vida. Por lo tanto su regreso fue muy largo: hasta Tijuana viajó en tren, hasta Honduras en colectivo, hasta Bogotá en automóvil, hasta Perú en motocicleta, hasta Jujuy en burro, hasta misiones en un corcel azabache, y por el rió Paraná hasta Buenos Aires en catamarán.
Pero Pablo en 10 días debía estar en Chicago, y esta vez debería volver a usar un avión. Esa era la gran preocupación de Babavópdo, mejor dicho el gran miedo que lo acorralaba y lo dejaba sin salida. Un hijo ejemplar, orgullo de sus padres, un empleado modelo, un exitoso trabajador y estudiante se encontraba entre la espada y la pared ahora que había alcanzado su máximo logro, su tan esperado y deseado ascenso. Su miedo a volar hacía que todo retrocediera en el tiempo a cuando tenía 13 años.
El día llegó. Pablo Babavópodo estaba arriba del avión. Los motores se pusieron en marcha, ya no había vuelta atrás. Pablo sudaba, se aferraba muy fuerte al asiento y oraba. La luz se oscurecía y la oscuridad fría y tenebrosa se lanzaba cual lobo hambriento y rapaz sobre Pablo.
Dos días más tarde, el exitoso Pablo Bbavópodo, hijo de un inmigrante lituano y de una mujer juiciosa disfrutaba de su flamante puesto de Gerente General en su oficina de Puerto Madero. Un logro más para su altar. Pablo venció con éxito su fobia a volar.
"Los oficios terrestres" de Walsh
Nota de lector sobre “Los oficios terrestres” de Rodolfo Walsh
Es muy interesante como comienza el relato. En ese primer y largo párrafo que no lleva ningún punto seguido, sólo algunas comas, Walsh logra contar una historia, en otra palabras lo que hace es construir un breve cuento y presenta a un personaje, Dashwood. En el segundo párrafo, describe una escena muy peculiar que luego incorporará en la historia más interesante del cuento y a su vez es aquí donde presenta al segundo personaje, el Gato. Luego de ubicarnos en la época y darnos el dato del año en que los sucesos que contará ocurrieron, empieza el verdadero desarrollo del cuento. Un cuento en donde prevalece lo narrativo, y que Walsh utiliza para plasmar sus sensaciones, observaciones y su postura ante las cosas que pasan de forma muy personal y como un personaje inmerso en su cuento. Es muy realista e irónico a la vez al describir cada situación que precede de laguna forma a la historia fuerte del relato. La frase “allí ocurrió un milagro”, lo refleja muy bien. El hecho de que hubiera tanta comida, bandejas repletas de asado era realmente un milagro que se enmarca muy bien dentro del entorno y lugar donde ocurre, un colegio de pupilas inmerso en un pequeño pueblo. Esta parte del cuento refleja, de alguna manera, la transformación de los hechos y acontecimientos frente a un esperada visita, en este caso la del Obispo Usher.
La vida cotidiana de los pupilas que pasan sus días acostumbrados a obtener todo por caridad y dentro de una atmósfera de humildad, austeridad y resignación se ve desbordada de “milagros” cuando reciben la visita de éste célebre personaje religioso.
De una forma u otra todos ansiaban y esperaban éste momento por le cual y por medio de una visita “piadosa”, se abren “las arcas del cielo”. Este tipo de acontecimiento lo podemos ver a lo largo de nuestras vidas y de forma muy directa. Es el caso de cuando un político, en campaña o no, visita a un pueblito o a una ciudad del interior y que a través de su visita todo se transforma: si faltaba comida, ahora hay, si alguien no tenía zapatos, ahora tiene, si alguien no tenía un camiseta con la cara estampada del candidato que visita su pueblo, ahora tiene para elegir del talle small al large. En el caso del cuento de Walsh, todo el pueblo se convierte en invitados a un banquete que sólo se produce por milagro.
Pero el milagro finaliza, las Damas de caridad se van cual diosas en carruajes de fuego y otra vez todo a la normalidad de la humilde vida cotidiana.
Es a partir de éste momento donde empieza a surgir la historia fuerte del relato y es la que ocurre entre Dashwood y el Gato. Ambos estudiante del colegio esperan la hora de llevar la basura al lugar destinado para ser arrojada, fuera del colegio. Dashwood tiene planeado algo que de alguna forma todos sus compañeros pupilas deseaban mucho más que un gran banquete. Dashwood quería ser libre, no soportaba más estar encerrado en ese colegio, aislado y lejos de sus afectos. Dashwood era un muchacho joven y su deseo de escapar se mantenía intacto, estaba convencido que lo podría lograr. En cambio el Gato, ya con más años que su compañero, estaba resignado a no intentar escapar. Se plantea aquí el tema de la soledad, y en dos planos. El primero en oposición a ella y el coraje de poder vencerla, en cambio el segundo plano refleja el miedo a no querer dejar esa soledad a la cual uno se acostumbra, por temor sentirse aún más sólo. Creo que es esto lo que Walsh transmite con este cuento.
Es muy interesante como comienza el relato. En ese primer y largo párrafo que no lleva ningún punto seguido, sólo algunas comas, Walsh logra contar una historia, en otra palabras lo que hace es construir un breve cuento y presenta a un personaje, Dashwood. En el segundo párrafo, describe una escena muy peculiar que luego incorporará en la historia más interesante del cuento y a su vez es aquí donde presenta al segundo personaje, el Gato. Luego de ubicarnos en la época y darnos el dato del año en que los sucesos que contará ocurrieron, empieza el verdadero desarrollo del cuento. Un cuento en donde prevalece lo narrativo, y que Walsh utiliza para plasmar sus sensaciones, observaciones y su postura ante las cosas que pasan de forma muy personal y como un personaje inmerso en su cuento. Es muy realista e irónico a la vez al describir cada situación que precede de laguna forma a la historia fuerte del relato. La frase “allí ocurrió un milagro”, lo refleja muy bien. El hecho de que hubiera tanta comida, bandejas repletas de asado era realmente un milagro que se enmarca muy bien dentro del entorno y lugar donde ocurre, un colegio de pupilas inmerso en un pequeño pueblo. Esta parte del cuento refleja, de alguna manera, la transformación de los hechos y acontecimientos frente a un esperada visita, en este caso la del Obispo Usher.
La vida cotidiana de los pupilas que pasan sus días acostumbrados a obtener todo por caridad y dentro de una atmósfera de humildad, austeridad y resignación se ve desbordada de “milagros” cuando reciben la visita de éste célebre personaje religioso.
De una forma u otra todos ansiaban y esperaban éste momento por le cual y por medio de una visita “piadosa”, se abren “las arcas del cielo”. Este tipo de acontecimiento lo podemos ver a lo largo de nuestras vidas y de forma muy directa. Es el caso de cuando un político, en campaña o no, visita a un pueblito o a una ciudad del interior y que a través de su visita todo se transforma: si faltaba comida, ahora hay, si alguien no tenía zapatos, ahora tiene, si alguien no tenía un camiseta con la cara estampada del candidato que visita su pueblo, ahora tiene para elegir del talle small al large. En el caso del cuento de Walsh, todo el pueblo se convierte en invitados a un banquete que sólo se produce por milagro.
Pero el milagro finaliza, las Damas de caridad se van cual diosas en carruajes de fuego y otra vez todo a la normalidad de la humilde vida cotidiana.
Es a partir de éste momento donde empieza a surgir la historia fuerte del relato y es la que ocurre entre Dashwood y el Gato. Ambos estudiante del colegio esperan la hora de llevar la basura al lugar destinado para ser arrojada, fuera del colegio. Dashwood tiene planeado algo que de alguna forma todos sus compañeros pupilas deseaban mucho más que un gran banquete. Dashwood quería ser libre, no soportaba más estar encerrado en ese colegio, aislado y lejos de sus afectos. Dashwood era un muchacho joven y su deseo de escapar se mantenía intacto, estaba convencido que lo podría lograr. En cambio el Gato, ya con más años que su compañero, estaba resignado a no intentar escapar. Se plantea aquí el tema de la soledad, y en dos planos. El primero en oposición a ella y el coraje de poder vencerla, en cambio el segundo plano refleja el miedo a no querer dejar esa soledad a la cual uno se acostumbra, por temor sentirse aún más sólo. Creo que es esto lo que Walsh transmite con este cuento.
jueves, 6 de noviembre de 2008
Reflexíon sobre el género narración - cuento
Reflexión sobre el género Narración y su relación con los textos de Piglia, Alvarado y Yeannoteguy y Benjamín
Creo que es el más universal, antiguo y libre de todos los géneros literarios. Yeannoteguy afirma que para Hayden White, no existe una cultura que no organice el conocimiento en forma narrativa y que no lo trasmita a través de relatos. Justamente éste es el punto fundamental de éste género. Un género que empezó a ser utilizado mucho tiempo antes que la propia escritura. Por siglos muchos pueblos, tribus y naciones han utilizado la narración como método primordial para la construcción de sus identidades, costumbres, valores, visiones del mundo y para la formación de sus culturas. En un principio las narraciones orales eran las que ocuparon este lugar, como lo dice Benjamín y Yeannoteguy cuando hablan de los cuentos tradicionales rusos. Estos cuentos siguen una estructura determinada que permiten que en todos ellos existan la tensión y ese interés que deben proporcionar.
Creo, por mi parte, que los cuentos representan la máxima dominación de expresividad, comunicación y creatividad que cualquier ser humano puede alcanzar. Forman parte de las experiencias que corren de boca en boca y se transforman en fuentes en las cuales han abrevado, según Benjamín, todos los narradores.
Puede que existan las distinciones que plantea Piglia sobre las partes de un cuento y las diferentes características entre los clásicos y los modernos, pero en ambos siempre existen los personajes, descripciones y situaciones que les dan vida y que se fundamentan en la creatividad y empeño de contar algo para que los demás lo sepan. Por otro lado considero que todo cuento es anónimo por excelencia, aunque estén firmados por sus creadores, ya que brindan la posibilidad de ser interpretados y nuevamente transmitidos según la interpretación y comprensión de todos aquellos que los escuchan o que los leen.
Pueden que las formas de contar sean variadas y distintas pero en definitiva, como afirma Benjamín, toda narración es artesanal y por ende se desarrolla entre los artesanos de la “cosa contada”, la narración en consecuencia pasa a ser una forma artesanal de comunicación. Es una forma de poner en movimiento nuestros pensamientos, recuerdos, observaciones, opiniones, fantasías y experiencias de vida. Por esta razón Yeannoteguy sostiene que toda narración se relaciona con aquel conocimiento que deriva de la experiencia o con el conocimiento que se transmite a través de la experiencia. Benjamín dice también que las
narraciones siempre dejan una enseñanza ya sea moral o práctica. Lo que caracteriza a las buenas narraciones es que esa enseñanza aparezca entreverada en la trama de la experiencia vivida. Las buenas narraciones, sean orales o escritas, no interpretan los hechos que narran, se limitan a contar y dejar que el que escucha o el que lee saque sus propias conclusiones. Quizá sea por esto que las buenas narraciones sobrevivan en el tiempo y puedan ser leídas o escuchadas en distintos momentos provocando siempre sentimientos diferentes sin dejar de ser interesantes.
Cuando hablamos del narrador Yeannoteguy dice que es el rasgo más característicos de éste género. El narrador no es el autor. El autor es el que escribe y el narrador es, en cambio, esa “voz” que narra y que además sólo se encuentra en los textos escritos y no en los cuentos orales. En estos últimos existe un narrador pero de carne y hueso cuenta un cuento frente a lo demás.
La narración es el género que de alguna manera nos constituyes como seres experimentados y con conocimientos, que nos acompaña siempre y permite que nuestras capacidades de aprendizaje, desarrollo y destreza discursiva se expandan a lo largo de todas nuestras vidas.
Creo que es el más universal, antiguo y libre de todos los géneros literarios. Yeannoteguy afirma que para Hayden White, no existe una cultura que no organice el conocimiento en forma narrativa y que no lo trasmita a través de relatos. Justamente éste es el punto fundamental de éste género. Un género que empezó a ser utilizado mucho tiempo antes que la propia escritura. Por siglos muchos pueblos, tribus y naciones han utilizado la narración como método primordial para la construcción de sus identidades, costumbres, valores, visiones del mundo y para la formación de sus culturas. En un principio las narraciones orales eran las que ocuparon este lugar, como lo dice Benjamín y Yeannoteguy cuando hablan de los cuentos tradicionales rusos. Estos cuentos siguen una estructura determinada que permiten que en todos ellos existan la tensión y ese interés que deben proporcionar.
Creo, por mi parte, que los cuentos representan la máxima dominación de expresividad, comunicación y creatividad que cualquier ser humano puede alcanzar. Forman parte de las experiencias que corren de boca en boca y se transforman en fuentes en las cuales han abrevado, según Benjamín, todos los narradores.
Puede que existan las distinciones que plantea Piglia sobre las partes de un cuento y las diferentes características entre los clásicos y los modernos, pero en ambos siempre existen los personajes, descripciones y situaciones que les dan vida y que se fundamentan en la creatividad y empeño de contar algo para que los demás lo sepan. Por otro lado considero que todo cuento es anónimo por excelencia, aunque estén firmados por sus creadores, ya que brindan la posibilidad de ser interpretados y nuevamente transmitidos según la interpretación y comprensión de todos aquellos que los escuchan o que los leen.
Pueden que las formas de contar sean variadas y distintas pero en definitiva, como afirma Benjamín, toda narración es artesanal y por ende se desarrolla entre los artesanos de la “cosa contada”, la narración en consecuencia pasa a ser una forma artesanal de comunicación. Es una forma de poner en movimiento nuestros pensamientos, recuerdos, observaciones, opiniones, fantasías y experiencias de vida. Por esta razón Yeannoteguy sostiene que toda narración se relaciona con aquel conocimiento que deriva de la experiencia o con el conocimiento que se transmite a través de la experiencia. Benjamín dice también que las
narraciones siempre dejan una enseñanza ya sea moral o práctica. Lo que caracteriza a las buenas narraciones es que esa enseñanza aparezca entreverada en la trama de la experiencia vivida. Las buenas narraciones, sean orales o escritas, no interpretan los hechos que narran, se limitan a contar y dejar que el que escucha o el que lee saque sus propias conclusiones. Quizá sea por esto que las buenas narraciones sobrevivan en el tiempo y puedan ser leídas o escuchadas en distintos momentos provocando siempre sentimientos diferentes sin dejar de ser interesantes.
Cuando hablamos del narrador Yeannoteguy dice que es el rasgo más característicos de éste género. El narrador no es el autor. El autor es el que escribe y el narrador es, en cambio, esa “voz” que narra y que además sólo se encuentra en los textos escritos y no en los cuentos orales. En estos últimos existe un narrador pero de carne y hueso cuenta un cuento frente a lo demás.
La narración es el género que de alguna manera nos constituyes como seres experimentados y con conocimientos, que nos acompaña siempre y permite que nuestras capacidades de aprendizaje, desarrollo y destreza discursiva se expandan a lo largo de todas nuestras vidas.
lunes, 3 de noviembre de 2008
Nota de lector sobre "Fotos" de Rodolfo Walsh
“Fotos” refleja los recuerdos muy guardados que de alguna u otra manera todos tenemos. Es en si misma una seguidilla de fotos relatadas y contadas como si el narrador se las estuviera contando a alguna persona que no las puede ver, y que a medida que se las cuenta va recordando cosas relacionadas con esas fotos. Creo que de eso se trata esta obra.
A todo el mundo, mejor dicho, a casi todo el mundo les pasa que cuando se pone a mirar fotos recuerda cosas; cosas relacionadas con esas fotos, cosas que se desprenden de esas imágenes o cosas que no hubieran sucedido si esas fotos no existieran.
Si bien toda la obra gira en torno a un colorido personaje, Mauricio, lo demás no deja de ser muy personal y propio y que sólo el escritor puede contar con lujos de detalles.
Sensaciones, verdades, sentimientos encontrados, la realidad de las cosas, todo gira alrededor de éste relato. Walsh utiliza en esta obra varios géneros literarios y auque predomina el relato descriptivo y narrativo en primera persona, existen a demás versos, prosas, recordatorios inacabados, diálogos, notas, en fin.
Es una obra muy interesante que atrapa pero que no presenta esa tensión tan características de los cuentos, es más interesante la forma como Walsh construye la obra y la desarrolla que la historia misma. Están presentes en todo el relato las relaciones entre personas, es decir, entre padres e hijos, entre amigos, entre enemigos. En Mauricio se refleja gran parte de las frustraciones de la vida y las repercusiones que generan en sus familiares, amigos y de todos aquellos que por una u otra razón lo conocen.
Creo que este cuento tiene algo de cada uno de nosotros, algo que nos es común a todos y que llevamos a lo largo de nuestras vidas, esas cosas son los recuerdos. Las fotos nos permiten mantener esos recuerdos latentes y frescos. Las fotos permiten que no olvidemos el pasado para seguir viviendo el presente y desear vivir el futuro.
A todo el mundo, mejor dicho, a casi todo el mundo les pasa que cuando se pone a mirar fotos recuerda cosas; cosas relacionadas con esas fotos, cosas que se desprenden de esas imágenes o cosas que no hubieran sucedido si esas fotos no existieran.
Si bien toda la obra gira en torno a un colorido personaje, Mauricio, lo demás no deja de ser muy personal y propio y que sólo el escritor puede contar con lujos de detalles.
Sensaciones, verdades, sentimientos encontrados, la realidad de las cosas, todo gira alrededor de éste relato. Walsh utiliza en esta obra varios géneros literarios y auque predomina el relato descriptivo y narrativo en primera persona, existen a demás versos, prosas, recordatorios inacabados, diálogos, notas, en fin.
Es una obra muy interesante que atrapa pero que no presenta esa tensión tan características de los cuentos, es más interesante la forma como Walsh construye la obra y la desarrolla que la historia misma. Están presentes en todo el relato las relaciones entre personas, es decir, entre padres e hijos, entre amigos, entre enemigos. En Mauricio se refleja gran parte de las frustraciones de la vida y las repercusiones que generan en sus familiares, amigos y de todos aquellos que por una u otra razón lo conocen.
Creo que este cuento tiene algo de cada uno de nosotros, algo que nos es común a todos y que llevamos a lo largo de nuestras vidas, esas cosas son los recuerdos. Las fotos nos permiten mantener esos recuerdos latentes y frescos. Las fotos permiten que no olvidemos el pasado para seguir viviendo el presente y desear vivir el futuro.
Nota de lector sobre "Nota al pie" de Rodolfo Walsh
Nota de lector sobre “Nota al pie” de Rodolfo Walsh
Es un juego narrativo. La misma historia contada en dos versiones distintas pero que en ciertas partes se aproximan e interactúan.
El relato propiamente dicho, el que escribe el escritor como cuentista, está lleno de detalles, sentimientos y adjetivaciones de todo. Mantiene una tensión constante a lo largo de toda la obra. No sigue un solo hilo conductor, sino que empieza su relato contando algo que ya estaba empezado.
La descripción de los personajes me ha llevado a pensar que el que escribe, mejor dicho el que narra es como un observador no presente físicamente, es como un observador que todo lo ve, pero que a él nadie lo ve. Cada suceso, hecho o acontecimiento es narrado sin que nada se le escape. Por momento es como si contara lo que sucede en ese preciso momento que algo pasa, que alguien suspira, que alguien recuerda, que alguien responde. Los objetos también son parte de los personajes, no porque cobran vida, sino porque Walsh les da movimiento y vigor con sus descripciones y con los adjetivos que les atribuye a cada uno. Es una narración muy prolija y tensa, por momentos me hace recordar algún texto de Cortázar.
La carta del difunto es el otro relato presente. Es una carta muy personal, lógica, pasible y muy clara. Entre las descripciones, recomendaciones, disculpas, recuerdos y agradecimientos la carta toma forma de narración, auque por momentos ajena a la otra historia. En definitiva marca los indicios, antecedentes y situaciones que se generan en esa otra historia .
Es claro por otra parte que de a poco la historia 1 va haciéndose cada vez más pobre, va desapareciendo, en cambio la carta va cobrando cada vez más espacio, cada vez más presencia, cada vez más vida y es ésta la que por último gana el final. Un obra realmente muy buena.
Es un juego narrativo. La misma historia contada en dos versiones distintas pero que en ciertas partes se aproximan e interactúan.
El relato propiamente dicho, el que escribe el escritor como cuentista, está lleno de detalles, sentimientos y adjetivaciones de todo. Mantiene una tensión constante a lo largo de toda la obra. No sigue un solo hilo conductor, sino que empieza su relato contando algo que ya estaba empezado.
La descripción de los personajes me ha llevado a pensar que el que escribe, mejor dicho el que narra es como un observador no presente físicamente, es como un observador que todo lo ve, pero que a él nadie lo ve. Cada suceso, hecho o acontecimiento es narrado sin que nada se le escape. Por momento es como si contara lo que sucede en ese preciso momento que algo pasa, que alguien suspira, que alguien recuerda, que alguien responde. Los objetos también son parte de los personajes, no porque cobran vida, sino porque Walsh les da movimiento y vigor con sus descripciones y con los adjetivos que les atribuye a cada uno. Es una narración muy prolija y tensa, por momentos me hace recordar algún texto de Cortázar.
La carta del difunto es el otro relato presente. Es una carta muy personal, lógica, pasible y muy clara. Entre las descripciones, recomendaciones, disculpas, recuerdos y agradecimientos la carta toma forma de narración, auque por momentos ajena a la otra historia. En definitiva marca los indicios, antecedentes y situaciones que se generan en esa otra historia .
Es claro por otra parte que de a poco la historia 1 va haciéndose cada vez más pobre, va desapareciendo, en cambio la carta va cobrando cada vez más espacio, cada vez más presencia, cada vez más vida y es ésta la que por último gana el final. Un obra realmente muy buena.
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